El pasado fin de semana, Shakira cruzó el Atlántico para acudir con Bizarrap al programa estadounidense del show de Jimmy Fallon. La cantante se trasladó hasta allí con sus dos hijos, Sasha y Milan, que estuvieron entre bastidores, para interpretar en directo el tema que, a sus 46 años, la ha vuelto a llevar al número uno de las listas mundiales: la sesión 53.

Antes de su actuación conjunta, el argentino y la de Barranquilla concedieron una entrevista en la que ella, una vez más, habló de lo terapéutico que le resultó componer y cantar esta canción: "He tenido un año muy duro después de mi separación y escribir la letra de esta canción ha sido muy importante para mí. La música es una manera de sanar y canalizar mis emociones", repitió, en sintonía con las declaraciones de Karol G tras el lanzamiento de TQG.

Y, si en la primera entrevista sobre la sesión que dio a la televisión mexicana, Shakira estuvo más comedida al hablar de su dolor, en el programa americano no se cortó ni un pelo y volvió a lanzarle un dardo sangriento a su expareja, Gerard Piqué: "Lo que pasa con esta canción es que se ha convertido en una especie de himno para las mujeres. "Tengo una hermandad de mujeres que han pasado por las mismas cosas que yo he pasado, que piensan como yo pienso, que sienten como yo siento, y que tuvieron que aguantar tanta mierda como yo".

Después de su charla con el presentador y enfundada en una traje negro con rasgaduras tanto en el pecho como en las piernas que volvieron a elevarla a la categoría de pibon, Shakira cantó su himno femenino y el público le respondió con la empatía y la euforia de su mejor fandom. Entre los asistentes, había hasta un fan que llevaba la peluca morada de 'Las de la intuición', por lo que la artista no pudo estar mejor arropada en su debut al otro lado del charco.