Tres son ya las personas que han conseguido ser curadas de VIH tras recibir un trasplante de células madre. En las últimas horas, la revista Nature ha difundido que un ciudadano alemán, conocido como el "paciente de Düsseldorf" (debido a la ciudad teutona en la que vive), un hombre de 53 años cuya identidad no ha trascendido, se ha curado del VIH mediante el mencionado trasplante. La clave de la recuperación tiene que ver con el tipo de células del donante, que, debido a una mutación, impiden al virus penetrar en las células diana, eliminándose así la infección por completo. ¿Cuáles eran los dos casos previos de personas curadas de VIH?

El paciente Düsseldorf lleva ya cuatro años sin tratamiento antirretroviral, esencial para mantener la infección a raya, reduciendo su concentración en el organismo y el riesgo de transmisión, impidiendo que la infección acabe derivando en la enfermedad del sida (son conceptos distintos, que tienden a confundirse). La noticia es importante por el hecho de que no se trata ya de un caso anecdótico, Son tres hasta la fecha los pacientes que se han curado del VIH gracias a la realización de este trasplante, lo que arroja algo de optimismo sobre la que ha sido una verdadera pandemia mundial. Y de los dos casos previos sí conocemos las identidades.

Timothy Ray Brown fue la primera persona en el mundo en curarse de la infección de VIH. Su caso trascendió en 2008, cuando salió a la luz el conocido como ‘paciente de Berlín’. Brown, originario de Seattle, se infectó del virus en 1995. En 2007 le fue diagnosticada una leucemia, lo que provocó que se le tuviese que someter a dos trasplantes de médula ósea. En el segundo de ellos, los médicos probaron a un donante que padecía una mutación que le hacía inmune al sida.

Timothy decidió entonces dejar su tratamiento antirretroviral, pese a las indicaciones de su entorno. Pero pese a sufrir un repunte de la enfermedad y desarrollar una reacción al trasplante y en posterior enfermedad cerebral, el virus fue eliminado por completo de su organismo. Desde entonces, Brown está muy implicado en la curación del sida, dando entrevistas e interviniendo en charlas y congresos.

Percibe una especie de incapacidad permanente debido a la posible vuelta de la leucemia, pero trabaja de vez en cuando como masajista. Ha conseguido andar tras pasar años en una silla de ruedas. En alguna entrevista ha hablado de que es una persona "activa sexualmente" y que, por ello y porque no es inmune al contagio, toma distintas precauciones como el PrEP.

En 2020 se dio a conocer el segundo, el del "paciente de Londres”. Se trataba en realidad de Adam Castillejo, un hombre de origen venezolano que vivía en la capital británica. Se publicó entonces que, 30 meses después de haber suspendido la terapia antirretroviral, el individuo estaba totalmente libre del virus.

Castillejo había recibido el diagnóstico 17 años antes, en 2003. Fue el primer mazazo de su vida. El segundo llegaría en 2012, cuando le descubrieron un linfoma de Hodgkin muy agresivo, en fase 4. Dos sentencias de muerte, en sus propias palabras, en apenas una década. La segunda le permitió compartir su situación, algo que no había hecho tras su primer diagnóstico por miedo a los estigmas.

En 2015, tras la poca eficiencia del tratamiento, sus médicos le recomendaron un trasplante de médula ósea. El donante tenía una mutación anómala, conocida como CCR5 Delta32, que evita que el virus penetre en las células. Y surtió efecto: Adam está curado, aunque su vida sí sigue muy condicionada por las mascarillas o los aislamientos para evitar el riesgo de un cáncer secundario.