El primer trimestre del año es intenso para todas aquellas personas que nos dedicamos a los medios de comunicación: los Premios Feroz, la actuación de un artista internacional en la Superbowl, se celebra la fiesta del cine español con la entrega de los Goya y desde 2022 se ha sumado a nuestra agenda un acontecimiento más que despierta furor efervescente en redes sociales y gran parte de la población, el Benidorm Fest.
Ahora, la costa alicantina acoge el primer fin de semana de febrero la exposición mediática de artistas emergentes y no tan emergentes con una clara finalidad: la de elegir al nuevo representante español en Eurovisión. Pero esa no es la única intención del concurso, sino la de revivir un evento musical que marcó en su día dando a conocer a artistas como Karina y lo hizo con su regreso el año pasado regalando himnos como ‘Ay, Mama’ de Rigoberta Bandini, el ‘Terra’ de Tanxugueiras y, por supuesto, el buen hacer de Chanel y su grupo de bailarines con ‘SloMo’ que consiguió un deseado tercer puesto (que supo a triunfo nacional) en la edición de Eurovisión en la que Ucrania reinó.
Cuando visitó la redacción de Yasss para promocionar ‘Desde que tú estás’, Alfred García compartía con todo el equipo el entusiasmo que le despertaba que la cadena pública pusiese en valía el talento de numerosos cantantes y, sobre todo, que lo hiciese con los recursos que ello merece. Ese sentimiento, compartido por gran parte de los eurofans, se transmite y también se premia, pues el Benidorm Fest se convirtió, a la primera, en un acto que supuso millones de reproducciones en las distintas plataformas de todas sus canciones e hizo que aumentara la comunidad de seguidores de todos sus participantes. Esto, por supuesto, tiene otro lado no tan positivo y es lo oscuro que despierta esa exposición extrema: una oleada de comentarios, más destructivos que constructivos, que merma la salud mental de cualquiera.
Por eso, horas antes de publicarse la lista oficial en la que figuraban nombres como los de E’femme, Famous, Megara o Agoney, me atreví a compartir en Twitter esta reflexión:
Unas palabras que, una vez pasada la segunda edición del ‘Benifest’, salta a la vista que algunos tomaron en serio y otros no tanto. Los dieciocho son conscientes de lo difícil que es lidiar con un fandom tan entregado y exigente, aunque algunos optan por el victimismo y el resto por afrontar las distintas situaciones desde un punto de vista profesional y llevando a cabo un buen ejercicio de comunicación. Por otro lado, y a medida que la mayoría de ellos iban pasando por nuestras cámaras para ser entrevistados, salta a la vista que no todos querían aprovechar la situación como trampolín para hacer una buena representación en Eurovisión sino como escaparate para hacer llegar su música, un decisión sabia y lícita pero no tan honrada cuando pedimos honestidad y sinceridad a la hora de responder a unas preguntas en un encuentro cara a cara. ¿Por qué digo esto? Porque mientras que la mitad de las actuaciones, gustasen más o menos, contaban con un gran esfuerzo de un equipo conformado por numerosas personas, otras contaban con las ganas pero no con el buen gusto que requiere presentarse al Benidorm Fest.
Reflexionaban los chicos de Meler y la propia Fusa Nocta, de la que muchos esperaban algo que no llegó según sus propias palabras, que el dinero no se pierde, sino que se invierte. Sin duda, aquel artista que realiza un buen trabajo contará con una nueva legión de fans que consumirán su arte y, por tanto, los beneficios de la participación son más que notorios. Ejemplo de ello fueron Jonathan, Javi y Loren, los intérpretes de ‘No nos moverán’ o el propio José Otero, que han protagonizado una participación activa en los diferentes actos de promoción y su saber estar, ingenio y talento les ha premiado. Otros que llevaron los deberes hechos fueron Agoney, Blanca Paloma o Karmento, de los que todo el mundo destaca, además de sus evidentes dotes vocales, la escenografía que destacaría en cualquier país de Europa.
Tan importante es contar con un psicólogo y escenógrafo como con un excelente representante que tape los momentos desafortunados de quienes dan la cara y faciliten los testimonios de los mismos más allá de recurrir a los periodistas únicamente cuando les interesa promocionar nueva canción. ¿Es el caso? Habrá que preguntar a los organizadores y a los colegas periodistas que pasaron toda una semana en Benidorm, aunque ya sabemos perfectamente lo que opina Malbert al respecto.
Dicen algunos especialistas en la materia que el Benidorm Fest está perdiendo del foco de la intención con la que se creó, otros que ha llegado para quedarse… Lo que está claro es que permanece en boca de todos y sirve para llegar a nuevos cantantes que no conocíamos, lo que hace que el público también salga ganando.
¿Mi deseo? Que en futuras ediciones el 90% de los aspirantes contaran con los recursos y se curren una escenografía como si se les fuera el dinero en ello para poder contar con dos semifinales de las que presumir y no solo un 40% del que rascar.
Larga vida al Benidorm Fest. Escuchemos para poder avanzar.