Tras la triste muerte de Elena Huelva el pasado 3 de enero, otra mujer que está luchando contra el cáncer también empeoraba considerablemente su estado de salud. La tinerfeña Hilda Siverio, que ya no recibe ningún tratamiento contra la enfermedad, sino que está en cuidados paliativos, ingresó en estado crítico en el hospital, donde lleva varios días luchando contra la muerte. Y ganando.

Como ocurrió en el caso de Elena, su silencio en las redes sociales, donde siempre era tan activa para visibilizar su día a día y difundir su mensaje, hizo que sus seguidores temieran lo peor. Más aún cuando su hija mayor, Valeria, pidió en un vídeo que los fans de su madre dejaran de mandarle mensajes "cada cuatro minutos", porque lo que la familia desea es poder "despedirse en paz" de ella.

Sin embargo, una publicación de la misma Valeria llenó a todos de esperanza al ver cómo cuidaba de Hilda en el hospital, pintándole los labios de rojo, como a ella siempre le gusta llevar. Con dicho Carmín, Hilda ha grabado un nuevo vídeo en el que sale con su habitual sonrisa (la verdadera, la sonrisa de Duchenne) y en el que explica exactamente cómo se encuentra:

"Estoy aquí, luchando, como siempre, un poquito más. He podido mover las piernas, me han ayudado y hago el salto de la rana. Los oncólogos flipan conmigo y todo el equipo médico es buenísimo. Un beso muy grande, les quiero mucho", dice en la grabación, junto al texto: "Sin dejar de sentir la vida, qué bonito es vivir y seguir aquí".

Hilda contrajo cáncer de mama cuando estaba embarazada de su tercer hijo, que ahora tiene ocho años de edad. Su cáncer es el más complicado, el triple negativo metastásico y cuando, efectivamente, éste le hizo metástasis en el cuello, la influencer decidió que quería morir sin sufrimiento, con cuidados paliativos, y rodeada del amor de su familia. Su admirable vitalidad hace que todavía siga viva y luchando y el cariño de los suyos es el motor que le da fuerzas cada día.