Estamos ya en el último trimestre del año 2022 y, por desgracia, las agresiones homófobas en España siguen estando a la orden del día. Son muchas las personas que en el último año han tenido que hacer frente a agresiones tanto verbales como físicas por pasear con su pareja por la calle o por tener pluma; y esto es precisamente lo que le ha ocurrido a Carlos Rubio Palao y otros tres amigos en Granada.

Ha sido uno de los protagonistas de esta historia, Carlos, quien ha contado lo ocurrido a través de su perfil de Twitter en un hilo que se ha vuelto viral. Él iba junto a tres amigos a las dos de la mañana por Granada en busca de un bar cuando otro chico se acercó a ellos y empezó a agredir a uno de sus amigos: “Anoche nos pegaron en Granada al grito de maricón”, empieza contando Carlos en su perfil de Twitter.

“Íbamos los únicos 4 maricas de la boda de camino a un bar a las mil cantando y nos cruzamos con un energúmeno inmenso que se dio por aludido y que amenazó a uno de nosotros hasta tirarlo al suelo contra una pared”, ha continuado diciendo. Ellos iban simplemente cantando y bailando por la calle cuando este hombre se cruzó con ellos y agredió a uno de sus amigos.

Este hombre, agredió al joven por el simple hecho de ser homosexual y el resto de los presentes no pudieron hacer otra cosa que quedarse paralizados ante lo que estaba ocurriendo: “Atendimos a nuestro amigo y presenciamos cómo las dos chicas que acompañaban al puto gorila homófobo de mierda le suplicaban que parara”.

A pesar de ser cuatro contra uno, ninguno de ellos se atrevió a contraatacar y agredir a quien estaba ejerciendo violencia verbal y física contra ellos; ¿por qué? Se pregunta Carlos, que cree tener dos posibles respuestas a esta incógnita: “Quiero creer que porque sabemos que eso nunca soluciona los conflictos, pero sinceramente creo que los motivos fueron otros dos: 1. Hemos pasado media vida sintiéndonos merecedores de violencia y rechazo. Y 2. La sociedad no nos ampara aún, ni protege”.

Es más, Carlos ha asegurado que no eran ellos los únicos que en ese momento se encontraban en la calle, sino que había también una pareja heterosexual que presenció la agresión y que lo primero que les dijo, “mientras el gorila seguía gritándonos calle abajo: ‘¡Maricones, os voy a matar!’”, fue: “¿Seguro que no le habéis dicho nada?”.

Pues no, ni Carlos ni ninguno de sus amigos le habían dicho nada, pero eso tampoco habría justificado la agresión: “No le dijimos nada. No le miramos. No le provocamos”.

Por último, el joven ha querido lanzar una breve reflexión a través de su perfil de Twitter sobre este tipo de agresiones que, por desgracia, son tan comunes en todo el mundo: “Porque nuestra pluma les repugna y violenta, nuestra manera de cantar, de bailar, de movernos y sabernos libres. Todo eso les rabia por envidia y por monstruos. ¿Cuántas barbaridades más tienen que pasar para que como sociedad castiguemos ese odio que queda impune? Sigo en shock”, concluye.

El hilo se ha vuelto muy viral en unas pocas horas y han sido muchas las personas que han querido dejarle comentarios de apoyo: “Lo siento mucho, Carlos. Me hierve la sangre leer estas cosas y entiendo la impotencia que se siente en ese momento”, escribe por ejemplo Peter López.