Tendemos a pensar que los muy ricos y muy famosos solo intercambian las fichas del Monopoly con otros simios aficionados a contar monedas de oro en el jacuzzi, como si la única opción válida para perpetuar su especie pasara por encontrar a un igual: misma cuenta corriente y un gusto idéntico por la vida de caprichitos extravagantes. A los reguetoneros, por ejemplo, les pirran las joyas horteras de varios cientos de miles de dólares.
No siempre es así. Existen muchos ejemplos de celebridades que llevan una vida íntima corriente y moliente y se arrejuntan con seres humanos con aficiones y trabajos convencionales. Buen ejemplo es el de la actriz Emma Watson y su relación con Leo Robinton. ¿Quieres saber quién es el hombre que ha conquistado el corazón de la única Hermione posible? Te damos algunos datos.
La pareja ha mantenido un vínculo estable durante tres años, solo agitado por los continuos olisqueos e intromisiones de la prensa en su vida privada. Fueron vistos por primera vez en 2019 después de cenar en un restaurante, aunque es de suponer que llevaran juntos ya algún tiempo, dado el celo de Emma Watson respecto a sus relaciones románticas.
Hasta ese momento, la actriz había dicho públicamente a los medios que estaba teniendo algunas citas, pero que ninguna le parecía la definitiva. Se le había relacionado románticamente con Tom Helton, un compañero de reparto en la saga de Harry Potter, aunque la relación algunas fuentes cercanas a la actriz afirman que solo fue un crush, puro platonismo. Meses después, los paparazzis tuvieron su premio. Cazaron los primeros compases del romance con Felton, con la pareja paseando a plena luz del día y sin esconderse demasiado. Se cogían de la mano por las principales calles de la capital inglesa.
Una vez saltó la liebre y en los medios se publicó que Watson tenía el corazón ocupado, los fans de la actriz pudieron conocer el primer dato sobre Robinton: no es nada amigo de la notoriedad pública. Odia que su anonimato en redes se vea contaminado por injerencias de los medios, empeñados en estudiarle como si fuera un bicho. Ah, la dulce irrelevancia. El novio de Watson tardó menos de dos días en borrar cualquier rastro de su biografía en las redes sociales para, en palabras de otro medio inglés. “protegerse y protegerla a ella”.
Pese a este gatillazo (saber poco y a cuentagotas), sí se conocen algunos datos sobre él. Para empezar, que tiene casi la misma edad que ella, 31 años. Es de familia numerosa. Tiene un hermano gemelo llamado Archer y dos hermanas, Lisy y Daisy, de 33 y 36 años, además de otro hermano, Charlie. Un usuario de Twitter llegó a decir que guarda un vago parecido con el difunto Head Ledger.
Según han informado diversos medios, Robinton es un emprendedor (de éxito, dicen), afincado en Los Ángeles. Tiene un negocio propio, y durante un tiempo trabajó para Agrios, una empresa especializada en la producción de cannabis legal. El periódico The Sun llegó a afirmar que la relación vive momentos dulces y que la actriz había decidido presentarlo oficialmente en la familia. Suponemos que, a estas alturas, Robinton ya ha debido de cruzar la laguna estigia, el rito de paso fundamental: que la familia sanguínea y la familia política te quieran sentado a la mesa.
Si en España tenemos que soportar a parientes cuñados que preguntan insidiosamente cuándo se dará el próximo parto, a ver si encuentras pareja, ¿no has pensado en sentar la cabeza de una vez?, es de suponer que Emma Watson cuente con artillería suficiente para esquivar las preguntas que no le importan a nadie en las próximas cenas de Nochebuena. Los fans de la actriz llegaron a afirmar que el año pasado Robinton había pasado de ser novio a prometido. Ella lo negó.