Logo de Actualidad

Actualidad

Hace teatro, canta y actúa: así es Beata Thungberg, la hermana feminista de Greta

Junta a conveniencia sintagmas como ‘calentamiento global’, ‘crisis climática’, ‘lágrimas por las focas del Ártico’ o ‘activismo’ y seguro que ya estás pensando en el cráneo privilegiado que ha encarnado estas luchas en los últimos cinco años: Greta Thunberg. Ahora imagina que esa lucha contra la delación y la ceguera de los líderes mundiales, atolondrados e incapaces de tomar medidas reales contra la destrucción acelerada del clima, es extensiva a todos los miembros de su familia.

Aunque Greta es la cabeza visible de este clan de activistas veganos, no está sola en sus reivindicaciones. Hay otro miembro de la familia interesado en alzar la voz contra las injusticias y revelarse como modelo a seguir para las próximas generaciones. Se trata de su hermana Beata, que gracias a la mentoría de sus padres, está destinada a ser otra estrella del activismo.

Te contamos más sobre ella.

La hermana pequeña de Greta Thunberg

Beata (nombre que recibe la hija menor de la familia Thunberg) no lo ha tenido nada sencillo en su conquista de cierta notoriedad. Debe de ser difícil vivir a la sombra de una de las activistas por el clima más importantes de la última década, y hacerlo además con un trastorno tan complicado como el de su hermana mayor. Greta ha convivido con el síndrome de Asperger desde muy niña, y Beata, por su parte lo ha hecho con el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y TDAH (hiperactividad).

Los Thunberg, liderados por la madre, volcaron sus experiencias vitales en ‘Nuestra casa está ardiendo’, el libro donde relataron los problemas de salud mental más difíciles que habían vivido. Desde que la hija mayor de los Thunberg se convirtiera en una figura seguida por millones de activistas del clima, tanto ella como sus padres han demandado siempre más recursos para ayudar a las personas que lidian diariamente con trastornos relacionados con la salud mental. 

Sus inicios en la música

No es de extrañar que la madre, Malenna Earnman, una mezzosoprano conocida por participar en el festival de Eurovisión de 2009, haya controlado con mano de hierro los pasos que daba su hija pequeña en el mundo del espectáculo. Con 16 años, Beata es ya una estrella en ciernes en el ecosistema de la música sueca. En 2019, a solo unas pocas semanas de la cumbre del clima, estrenó su sencillo ‘Bara du Vill’ en la cadena pública más importante de Suecia. 

Si Greta sufre ataques de ansiedad por la huella de carbono y encarna una lucha feroz por el clima a través de su participación en todos los foros y cumbres que alertan del punto de no retorno en cuestiones de cambio climático, Beata, por su parte, ha centrado su lucha y su arte en concienciar sobre el acoso escolar. Ya en 2019 asoció su imagen a ‘Manual para superhéroes’, del escritor Elias Våhlund, una serie de libros que tratan de proporcionar ayuda a víctimas de bullyng en los colegios suecos. Según contó su madre en una de sus primeras entrevistas, en 2018, su hija quiere concienciar a las chicas jóvenes. En ‘Nuestra casa está ardiendo’, su madre refirió una anécdota en la que Beata no entendía por qué “los chicos valen más que las chicas”.

Desde entonces, la hermana menor de Greta ya ha acaparado algunas portadas en su país, aunque lo cierto es que el mayor interés que ha generado lo ha hecho a través de las proclamas activistas y la reivindicación de los derechos de las mujeres. Cada hermana se ha repartido un territorio ideológico distinto y una lucha particular, siendo la de Greta la más ‘visible’, y la de su hermana de menor intensidad, pues tiene apenas 120000 seguidores en Instagram, una cuenta donde se define como ‘amante de los abrazos’ y cuelga las fotografías y videos propias de alguien de su edad. 

La cara B de la popularidad de su hermana, el veneno secreto del que nadie se hace eco, es el acoso, que tanto Greta como Beata han sufrido desde que la lucha de la primera escociera a los líderes mundiales y al batallón de negacionistas del cambio climático. Muchxs no aceptan que se pueda ser joven y liderar a una generación entera en torno a las problemáticas del presente, y ya se encarga Internet de inocular el veneno y los colmillos con cientos de miles de comentarios agresivos. “La que más sufre es mi hermana. Tiene 13 años y tiene que soportar el acoso sistemático y el odio”, explicó Greta en una para un importante periódico sueco. “La gente que me escribe estos comentarios y me amenaza, se lo hace también a toda mi familia, ella incluida.”.