Justine Lindsay hace historia. Esta joven de 29 años se ha convertido en la primera cheerleader trans de la NFL, la mayor liga de fútbol americano del mundo. Justine formará parte de las Topcats, el equipo de animadoras de los Carolina Panthers.
Su presentación como nueva animadora ha despertado elogios, pero también críticas por parte de algunos aficionados anclados en el pasado. Además, Justine ha sido terriblemente insultada en redes por su alopecia. Ella, sin embargo, prefiere poner buena cara y ejercer el papel de pionera. "Espero ser un estandarte, una líder para las chicas jóvenes trans que vengan detrás de mí y poder decir: 'si yo lo hice, tú puedes hacerlo'", reflexiona Justine.
Justine siempre ha sido una amante del baile y de la danza, pero no sabía que algún día haría historia. Siempre tuvo claro, además, que era distinta al resto de niños. "Mis padres y mi familia ya sabían lo que era. No me pusieron en la tesitura de jugar con camiones y cosas de esas. Cuando vieron que estaba lista para expresar lo que sentía, se sentaron conmigo y hablamos", ha contado. Justin salió del armario a los doce años, pero no hizo la transición hasta los diecisiete.
La joven ha lamentado que cuando hizo pública su condición de trans no recibió el apoyo de otras mujeres del colectivo. "En la sociedad en la que vivimos ahora, cada una está en lo suyo", ha dicho. En cambio, con las chicas con las que ha bailado nunca ha tenido un problema. "Tuve la suerte de tener chicas en el equipo que simplemente están dispuestas a aprender y ser mejores", cuenta.
En internet encontró la oportunidad de forma parte del equipo de animadoras de los Carolina Panthers. Ella tenía algo de miedo, pero su madre la animó a presentarse. "Sabes bailar, así que sal y haz lo que sabes. Si no lo logras, inténtalo de nuevo", le dijo. 600 personas se presentaron a la prueba, pero sólo unas pocas fueron las elegidas. "Mis compañeros de equipo ni siquiera sabían que era trans al principio, pero les encanta. Obviamente es algo nuevo para ellas, pero tienen mi apoyo y yo tengo el de ellas. Somos como una gran familia, nos protegemos unos a otros y nos aseguramos de que nos apoyamos entre todos", ha asegurado.
Cree que con este paso, ella puede “romper” las barreras para los atletas transgénero, ya que demuestra que son simplemente personas “que quieren mejorar”. “Estoy feliz porque pude derribar esa puerta y decirle a la gente: ‘Oye, no somos solo seres sexuales’. Somos seres humanos reales que queremos mejorar", ha concluido.