El capítulo más doloroso en la vida de Soy Una Pringada: sufrió abusos sexuales por parte de su abuela

A Esty Quesada (conocida por todos como Soy Una Pringada) siempre la hemos visto desenfada y tomándose con mucho humor la vida. Pero detrás de sus provocadores bromas existe una persona propensa a la tentativa de suicidio, con traumas del pasado y algo de tristeza. Este lunes, la actriz y cómica ha concedido una entrevista al diario "El Mundo" donde da detalles sobre su vida como youtuber o sobre lo caras que le han salido algunas de sus bromas más descarnadas.

Además, Esty Quesada ha contado también el capítulo más oscuro de su vida. Y es que cuando era niña sufrió abusos sexuales por parte de su abuela. "Fue de pequeña durante más de diez años. Yo no me acordaba de esto porque tenía recuerdos bloqueados. Cuando te hacen eso de niña no se lo puedes contar a tu familia porque piensas que no te van a creer y que te vas a quedar sin apoyo. Por supervivencia tu propio cerebro te lo oculta", cuenta la cómica.

Sólo cuando acudió a terapia, Esty comenzó a ser consciente de todo lo que había tenido que soportar. "Cuando estás mejor esos recuerdos van saliendo poco a poco. No entiendes nada. A mí me salió en terapia porque tenía unos sueños muy raros. Me venían flashbacks de cosas y yo pensaba: "Pero, ¿esto qué es? Me estoy volviendo loca. Tengo esquizofrenia". Y era que los recuerdos bloqueados durante 23 años habían salido a la luz. Y es muy duro porque tienes que volver a bajar a los infiernos, pero la verdad te hará libre", explica.

La mala relación con su madre

Soy Una Pringada también cuenta en la entrevista la incomprensión que recibió por parte de su familia cuando dijo que quería dedicarse al mundo del espectáculo. "Si yo quería ser directora, me decían que fuese cámara. Y yo pensaba: "No paráis de apagar mi luz". Cuando eres pobre intentas no destacar demasiado y vivir con la cabeza gacha. Pero yo he querido salir de eso", explica.

Y es que Esty Quesada tuvo una infancia muy dura en Barakaldo. "Cuando tenía 13 años, mi madre dejó de vivir con nosotras emocionalmente. No nos compraba comida. Mi hermana me tuvo que mantener como si fuese mi madre. Lo recuerdo con muchísimo trauma y cada vez que vuelvo (a Barakaldo) tengo que tener tres sesiones de psicóloga para superar haber ido", señala. De hecho, no tiene reparos en decir que odia a su madre".

"Me toco los cojones que da gusto"

En la entrevista, desmiente además que los creadores de contenidos estén todo el día ocupados. "Cuando dicen 'Soy creadora de contenidos y estoy todo el día trabajando y no tengo un minuto al día'. Cariño, es mentira y lo sabes. Yo soy creadora de contenidos, me va bien y me toco los cojones que da gusto. Así que no nos engañen", dice.