Logo de yasss
Actualidad

yasss

El cambio brutal de Millie Bobby Brown a través de los años: ¿por qué se critica su aspecto?

Muchas personas aún recuerdan con emoción el bombazo que supuso el estreno de Stranger Things en 2016. La serie, empapada desde su génesis de nostalgia ochentera, pura como heroína, y el miedo y el placer que da combinar monstruos de dimensiones infernales y batidos de fresa, fue un soplo de aire fresco en el panorama seriéfilo. Ya desde el mismo momento de su estreno el público clavó los ojos sobre la protagonista absoluta de la serie, Eleven, que interpretaba la actriz Millie Bobby Brown. No hubo vuelta atrás para la actriz, que de un día para otro se convirtió en una de las estrellas juveniles más ‘vigiladas’ del planeta. Su trayectoria ha sido imparable.

Brown no ha dejado de trabajar como una máquina desde entonces, sea espachurrando monstruos con sus poderes telequinéticos en las diferentes temporadas de la serie o en otros proyectos como ‘Enola Holmes’, donde, como se suele decir, se roba el show, en un producto prefabricado a la medida de su carisma. En paralelo a sus estallidos de genio en la gran pantalla, su aspecto físico ha ido evolucionando brutalmente, con memes y reacciones virales incluidas que nos enseñan una lección amarga: algo huele a podrido en la industria, pero también en el público. Como la serie, produce monstruos.

Su primer papel importante 

Mucho ha llovido desde el estreno oficial de Brown como Eleven en la serie que le cambió la vida, con sus luces y sus sombras. Stranger Things es ya una de las veteranas del catálogo de Netflix, y volverá en breve con una nueva temporada. Más monstruos babeantes de los que nos gustan, villanos, portales dimensionales, bicicletas y nostalgia ochentera; viejos protagonistas se sumarán, lógicamente, a las caras nuevas.

Brown solo tenía 12 años cuando lideró el elenco, y su aspecto físico de entonces se correspondía con el de una niña de su edad. Los rasgos, el cuerpo, la actitud, la alegría. “Toda mi vida está del revés, pero no puedo dejar de sentirme agradecida, incluso por haber perdido lo que llaman una infancia normal”, llegó a decir en 2014. No sabía lo que se le venía encima.

El problema de los juguetes rotos

Hace seis años que cada foto suya en una alfombra roja, una gala de premios o una entrevista en medios da pie a una avalancha de comentarios sobre su aspecto físico. Ya hay una opinión mayoritaria extendida entre ciertas comunidades muy ruidosas en las redes sociales, para quienes la actriz parece mucho mayor de lo que es o ha caído bajo el yugo de la cirugía plástica, entre otras lindezas de las que se le acusa.

En más de una ocasión, la actriz ha criticado abiertamente en su cuenta de Instagram la vigilancia hipercrítica de la industria y el público hacia las actrices jóvenes y lo que esta autopsia delirante de su físico en la plaza pública del presente (Internet y las redes sociales) ha supuesto para ella a nivel emocional. 

"Espero que todos podamos apreciar lo hermosos que somos. Es difícil lidiar con las inseguridades siendo joven en una industria que es tan crítica, pero creo que el amor propio y el cariño es lo que busco como persona. Sed vosotros mismos veraces y sin filtros. Siempre y para siempre"

Pero el público, ya se sabe, es ciego, sordo y mudo. Acostumbra a poner a sus ídolos en pedestales tan inalcanzables que acaba por sexualizarlos, cosificarlos o convertirlos en criaturas que ni sienten ni padecen. Esto es lo que le ha ocurrido a Brown, ni más, ni menos: su deshumanización, en favor de la figura que el público necesita para seguir excretando juicios. Para ellxs es el juguete roto, la ‘señora mayor’ en el cuerpo de la niña, el cuerpo comestible, sexualizable y envuelto para la digestión del vulgo.

Este pan y circo se recrudeció cuando se hizo viral una fotografía en la que Brown aparecía embutida en un traje de Louis Vuitton. "Definitivamente percibo una diferencia en la forma en la que la gente actúa conmigo y la manera en la que los medios y la prensa se comportan desde que soy mayor de edad. Es repugnante”, ha explicado.

“Durante las últimas dos semanas, desde que cumplí 18 años, he tenido que lidiar con eso más que nunca. He visto una diferencia clara en la manera en que la gente actúa [conmigo] y cómo los medios y las redes sociales han reaccionado a mi mayoría de edad. Creo que eso no debería cambiar nada, pero es asqueroso. Y una representación muy buena de lo que sucede en el mundo, cómo se sexualiza a las chicas jóvenes". ¿Le dejarán alguna vez en paz? Por el momento, no parece que Brown vaya a librarse de la persecución constante de sus edadistas y trolls oficiales.