Eva María Pérez lleva dos décadas rompiendo moldes. La asturiana, que ahora tiene 44 años, se ha convertido en la modelo 'curvy' más conocida en España. Su nick en Instagram lo deja claro: "Yo no soy 90 60 90". Unas 'medidas perfectas' que nunca ha necesitado para triunfar en el mundo de la moda gracias a su precioso rostro y un exuberante cuerpo. Sin embargo, en una sincera entrevista con Yasss, Eva María admite que en su piel lleva ocultas hondas cicatrices causadas por la incomprensión, los prejuicios y el lado más amargo de una sociedad a la que le cuesta ver la belleza en esos 'kilos de más'.
Su historia comienza una tarde cuando, "de chavalina", se queda prendada de un catálogo protagonizado por Claudia Schiffer. "Yo le dije a mi hermana que quería ser como esa chica. Y ella me dijo: 'Eres muy guapa, pero mira qué cuerpo tiene ella y cuál tienes tú'". Sin embargo, Eva María comenzó a perseguir su sueño y acabó contactando con una agencia de modelos. "Mi madre y mi abuela me dijeron que me quitara la idea de la cabeza, pero yo supe que tenía que ir a Barcelona a intentarlo. Era un casting de casi 150 chicas y sólo iban a coger a cinco. Y una de ellas fui yo", dice orgullosa. Sin embargo, ese sueño pronto comenzó a darse la vuelta y a mostrar su lado más oscuro. "Empecé a conocer la realidad de este mundo", cuenta.
Eva María firmó un contrato de exclusividad con esta agencia durante cinco años, pero apenas recibía una retribución económica. "Me fui a Barcelona con 20.000 pesetas y una maleta llena de ilusiones. Y me dijeron que me tenía que buscar la vida", asegura. Sus inicios fueron muy duros. "Hice un curso de modelaje subvencionado por la Generalitat, pero me fue muy difícil porque todas eran modelos de talla pequeña menos una chica y yo. Lo pasé muy mal. No tenía dinero para comer y estaba desamparada. Sólo me ilusionaba cuando me salía algún trabajo como modelo", cuenta.
En aquellos meses, Eva María ya sufrió la incomprensión de la profesión y de sus propias compañeras. "Una profesora de fotografía me pagó de su bolsillo un book y mis compañeras, muertas de envidia, me lo robaron en clase", asegura. En la agencia, además, empezaron a exigirle que adelgazara. "Me decían que tenía que bajar de una talla 48 a una 40", rememora.
Poco a poco, la fortuna comenzó a sonreír a Eva María y empezó a trabajar de una manera más asidua. Incluso, salió en un programa de televisión. Su momento de mayor fama fue cuando protagonizó una portada de la revista Interviú. "Al principio me dijeron que nunca sacarían a una chica gorda en portada. Me aseguraban que una mujer así no podía ser sexy. Años después, lo conseguí. Fue una portada muy criticada, e incluso algunos periodistas me llegaron a decir en directo en televisión que daba asco. ¿Pero sabes qué? Acabó siendo una de las portadas más vendidas de la publicación", dice con una sonrisa de satisfacción.
Eva María siempre ha tenido que nadar a contracorriente en la industria. E incluso ahora recela de las iniciativas de algunas grandes marcas en busca de la inclusión de modelos curvys. "Las empresas han querido hacerse un lavado de cara, pero no es real. Ponen a modelos de talla 40 como si fueran de talla grande. O incluso modelos de talla 38. Hoy en día, me sigue costando a veces encontrar ropa para mí, porque hacen vestidos para esconderte. Que no te pongas escote, que te tapes hasta la rodilla… Yo he escuchado a diseñadores decir: ‘A ver lo que hacemos para estas gordas’. Seguimos siendo una sociedad gordofóbica", dice de forma tajante.
De hecho, teme esa sobredimensionado 'culto al cuerpo' que atrapa ahora a la gente más joven. "Lo que ven en las redes sociales es irreal, pero también nosotros como sociedad estamos fallando. Alabamos a las chicas delgadas y si alguna tiene algún centímetro más, aplaudimos cuando adelgaza o se hacen una cirugía estética. Siempre todos los comentarios son hacia el físico", explica.
Un claro ejemplo es la reciente polémica protagonizada por la presentadora Adriana Abenia al criticar la presencia de una mujer con sobrepeso en un anuncio de ropa. Eva María, al igual que otros referentes como Tania Llasera o Itziar Castro, cargan contra ella: "Me da vergüenza porque critica una cosa sin saber. Ella dice que el anuncio hace apología de la obesidad cuando esta chica es deportista de élite. ¿Por qué no se critica cuando influencers o modelos publicitan hamburguesas? Si me la como yo, al momento sueltan: 'mira, ¡cómo no va a estar gorda!".
Pese a los muchos sinsabores, Eva María anima a jóvenes apartadas de la figura perfecta a que peleen por ser modelos si es su gran sueño. "Una chica de 15 años me dijo que quería ser modelo curvy. Yo le dije que se iba a encontrar con muchas faltas de respeto y que iba a oír demasiadas veces la palabra 'gorda'. Pero que siempre tirara hacia adelante, sin olvidar lo que piensa de sí misma y sin escuchar comentarios de necios", explica.
A pesar de tener una carrera trufada de éxitos, Eva María echa en falta no haber conseguido todavía algunos de sus sueños. "Desfilar en las pasarelas de Milán o Nueva York, ser portada de Vogue o hacer un reality para que la gente me conozca cómo soy de verdad", expresa. Pero Eva María lo tiene claro: "Yo no pienso tirar la toalla en mi vida".